LA EVALUACIÓN DESDE UN MODELO
SOCIOCOMUNITARIO
La Comunicación Didáctica. La Evaluación desde un
modelo sociocomunitario.
Para la comunicación, el contexto es muy importante.
Pero no todos los contextos son iguales.
El contexto es un sistema, es decir, un conjunto de
elementos relacionados entre sí que lleva a una evolución, y dentro de este
sistema existen muchos subsistemas, en este caso, nosotros/as y los alumnos/as.
El sistema (contexto) influye sobre el subsistema
personal, y a su vez éste influye en la transmisión, codificación, etc, del
conocimiento. ¿Qué quiere decir esto? Pues que vivimos en un contexto en el que
nos afecta todo lo que ocurra en él, y asimismo, nosotros/as proyectamos
códigos, mensajes, conocimientos, etc, influidos por ese contexto.
Por ejemplo, un profesor/a no corrige igual un trabajo
cuando ha dormido 9 horas y tenido un buen día, que otro profesor/a que lleve
11 horas trabajando y encima haya tenido una bronca con un compañero/a. Aunque
veamos que es injusto, es así, y esto ocurre actualmente tanto en la escuela,
como en los institutos o en las facultades.
Definitivamente, no es una forma objetiva de evaluar,
y claro que no lo es, porque somos sujetos no objetos.
De esta forma, al igual que un profesor/a puede o no
tener un buen día o estar rodeado/a de un buen o mal entorno, el alumno/a
también puede encontrarse en esa situación, y no por esa circunstancia va a
depender de que apruebe o no una asignatura. ¿Qué debemos hacer al respecto? En
primer lugar, ponernos en el lugar de cada uno/a de nuestros/as alumnos/as y
contextualizar la situación en la que se encuentra cada uno/a.
No es lo mismo un alumno/a que viva en el seno de una
familia estructurada, en la que se impliquen en su educación, tenga unos
horarios y disciplina, que otro que vive en una familia desestructurada, en la
que no se preocupan de su educación, y en la que no hay normas. HAY QUE SER
CONSCIENTE que si eres maestro/a y estás enseñando unos conocimientos, lo estas
transmitiendo, por ejemplo, a 25 alumnos/as (subsistemas) diferentes, y que no
todos te van a entender a la primera o asimilarán los conocimientos de
"x" asignatura. De este modo, llegamos a la EVALUACIÓN, ¿cómo se
evalúa a los alumnos/as? ¿se tienen en cuenta las circunstancias personales de
cada uno/a de ellos/as? ¿si hay uno que no da un palo al agua pero que te cae
bien y le aprecias, lo apruebas? ¿y viceversa?
Cuando se evalúa, no se trata de poner una mera
calificación para que el alumno/a siga pasando de curso o no. Se deben
comprobar si los objetivos marcados se han cumplido, ya sea mediante exámenes u
otras actividades. Pero cuando hablamos de evaluación, ¿hablamos de medir el
aprendizaje? ¿eso se puede hacer? pues sí y no: sí se puede medir el aprendizaje
previsto y medible y no se puede medir el aprendizaje no previsto y no
medibles.
Todos los alumnos/as temen las calificaciones, como si
por un mero número dependiera TODO: si el profesor/a va a estar contento/a, si
en casa le van a regañar, si va a sacar la misma nota o similar a la de sus
compañeros, etc. ¿Por qué atormentarlos con calificaciones, si lo único que se
consigue es seleccionar, segregar, justificar, clasificar y excluir a
alumnos/as? Esto sólo sirve para decidir quién puede seguir estudiando,
justificándose el sistema educativo de que los niños/as son vagos, o no
estudian lo suficiente.
En fin... la evaluación, como dice nuestro profesor
Miguel Sola, no debe consistir en poner una nota o evaluar a esa propia
persona, sino a mejorar el sistema de comunicación, es decir, el sistema
educativo, la ENSEÑANZA.
"La evaluación no es ni puede ser un apéndice de
la enseñanza. Es parte de la enseñanza y del aprendizaje"