miércoles, 9 de mayo de 2012


LA EVALUACIÓN DESDE UN MODELO SOCIOCOMUNITARIO

La Comunicación Didáctica. La Evaluación desde un modelo sociocomunitario.

Para la comunicación, el contexto es muy importante. Pero no todos los contextos son iguales.
El contexto es un sistema, es decir, un conjunto de elementos relacionados entre sí que lleva a una evolución, y dentro de este sistema existen muchos subsistemas, en este caso, nosotros/as y los alumnos/as.




 
El sistema (contexto) influye sobre el subsistema personal, y a su vez éste influye en la transmisión, codificación, etc, del conocimiento. ¿Qué quiere decir esto? Pues que vivimos en un contexto en el que nos afecta todo lo que ocurra en él, y asimismo, nosotros/as proyectamos códigos, mensajes, conocimientos, etc, influidos por ese contexto.
Por ejemplo, un profesor/a no corrige igual un trabajo cuando ha dormido 9 horas y tenido un buen día, que otro profesor/a que lleve 11 horas trabajando y encima haya tenido una bronca con un compañero/a. Aunque veamos que es injusto, es así, y esto ocurre actualmente tanto en la escuela, como en los institutos o en las facultades.
Definitivamente, no es una forma objetiva de evaluar, y claro que no lo es, porque somos sujetos no objetos. 
De esta forma, al igual que un profesor/a puede o no tener un buen día o estar rodeado/a de un buen o mal entorno, el alumno/a también puede encontrarse en esa situación, y no por esa circunstancia va a depender de que apruebe o no una asignatura. ¿Qué debemos hacer al respecto? En primer lugar, ponernos en el lugar de cada uno/a de nuestros/as alumnos/as y contextualizar la situación en la que se encuentra cada uno/a.
No es lo mismo un alumno/a que viva en el seno de una familia estructurada, en la que se impliquen en su educación, tenga unos horarios y disciplina, que otro que vive en una familia desestructurada, en la que no se preocupan de su educación, y en la que no hay normas. HAY QUE SER CONSCIENTE que si eres maestro/a y estás enseñando unos conocimientos, lo estas transmitiendo, por ejemplo, a 25 alumnos/as (subsistemas) diferentes, y que no todos te van a entender a la primera o asimilarán los conocimientos de "x" asignatura. De este modo, llegamos a la EVALUACIÓN, ¿cómo se evalúa a los alumnos/as? ¿se tienen en cuenta las circunstancias personales de cada uno/a de ellos/as? ¿si hay uno que no da un palo al agua pero que te cae bien y le aprecias, lo apruebas? ¿y viceversa? 
Cuando se evalúa, no se trata de poner una mera calificación para que el alumno/a siga pasando de curso o no. Se deben comprobar si los objetivos marcados se han cumplido, ya sea mediante exámenes u otras actividades. Pero cuando hablamos de evaluación, ¿hablamos de medir el aprendizaje? ¿eso se puede hacer? pues sí y no: sí se puede medir el aprendizaje previsto y medible y no se puede medir el aprendizaje no previsto y no medibles.
Todos los alumnos/as temen las calificaciones, como si por un mero número dependiera TODO: si el profesor/a va a estar contento/a, si en casa le van a regañar, si va a sacar la misma nota o similar a la de sus compañeros, etc. ¿Por qué atormentarlos con calificaciones, si lo único que se consigue es seleccionar, segregar, justificar, clasificar y excluir a alumnos/as? Esto sólo sirve para decidir quién puede seguir estudiando, justificándose el sistema educativo de que los niños/as son vagos, o no estudian lo suficiente. 
En fin... la evaluación, como dice nuestro profesor Miguel Sola, no debe consistir en poner una nota o evaluar a esa propia persona, sino a mejorar el sistema de comunicación, es decir, el sistema educativo, la ENSEÑANZA.


"La evaluación no es ni puede ser un apéndice de la enseñanza. Es parte de la enseñanza y del aprendizaje"

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